Recién casada, una noche la despistada y su esposo estaban durmiendo tranquilamente. Cuenta el esposo que de pronto a media noche ella se incorporó asustada, lo sacudió y le dijo:
Ella: "Oye, ¿por qué pintaste el techo de azul?"
El: "Porque esa fue la pintura que me sobró cuando estaba pintando el cielo"
Ella: (despertándose) "¿Qué?"
¡Y pensar que tenemos la misma sangre!
Ella: "Oye, ¿por qué pintaste el techo de azul?"
El: "Porque esa fue la pintura que me sobró cuando estaba pintando el cielo"
Ella: (despertándose) "¿Qué?"
¡Y pensar que tenemos la misma sangre!
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