Freaky Friday

Hoy es Viernes.
De unas semanas para acá, le he tomado respeto a los Viernes.
Me han pasado muchas cosas en días Viernes.
Te vi una noche de un Viernes.
Te vi una tarde de un Viernes.
Hoy de nuevo es Viernes.
¿Te veré hoy que es Viernes?

Esta semana he pensado mucho en ti.
No sé en qué está tu vida (gracias por respetar mi solicitud). Espero que estés feliz y que tengas alguien a tu lado que complemente tu felicidad.
Alguien me comentó esta semana, con toda razón, que uno se complica la vida más de lo necesario y que esta fuera más fácil si uno hiciera las cosas que quiere (y debe) hacer para alcanzar su felicidad y su tranquilidad.
Uno se pone a pensar muchos disparates cuando se dedica a la contemplación de la vida y en esta semana, en un momento de insomnio, me dediqué a contemplar la vida.
En mi caso yo pensé que la vida fuera mas cómoda si realmente uno se quitara de encima todas las ataduras que por maña nos hemos y nos han impuesto. A veces el orgullo y el miedo nos impiden alcanzar la felicidad, y nosotros lo sabemos pero en la mayoría de los casos es muy difícil romper con esto.
Sería tan fácil de pronto un día, así de la nada, dejar todo a un lado y lanzarse al vacío. ¿Tú te imaginas qué chulo sería si de pronto un día saco fuerzas de donde no tengo y te llamo y te digo todo lo que siento? ¿Te imaginas que me trague el orgullo y el miedo y te busque? ¿Te imaginas que olvidemos realmente todo lo que ha pasado y simplemente nos dediquemos a ser felices? ¿Te imaginas que "ápero" sería?
Pero no, eso nunca sucede. Siempre tenemos miedo al rechazo, de que yo te diga “te quiero” y que tu me digas “yo no”, de que yo te diga “quiero estar contigo” y que tu me digas “yo no” o “estoy con otra persona y no quiero estar contigo”.
Tenemos miedo de lanzarnos, de arriesgarnos, de luchar por lo que queremos.
Tenemos miedo al dolor y a la vergüenza del rechazo, tenemos miedo de darnos la oportunidad, tenemos miedo a equivocarnos, tenemos miedo a la burla, tenemos miedo a jugarnos esa “carta” clave, tenemos miedo a que nos canten “bingo”.
He visto tantas peliculitas de las mías donde esto sucede. De verdad no quisiera sentirme así.
Y aquí voy pensando, quizás erróneamente, que piensas igual que yo, que quieres lo mismo que yo, que te pasa lo mismo que a mí.
A lo mejor no significo nada para ti. A lo mejor ni siquiera te recuerdas de mí. A lo mejor realmente no quieres saber de mí.
¿Y ahora, yo qué hago?
Nada, no voy a hacer nada.
La vida seguirá su agitado curso y yo no haré nada para cambiarlo.
No habrá una llamada mía. No habrá una visita mía. No habrá una palabra mía. No habrá una acción mía. No habrá nada porque sufro de todo lo que dije mas arriba.
Aunque me este muriendo por hacerlo.
Ahora bien, una cosa sí te digo: si te vuelvo a ver este Viernes, si te veo hoy, quizás me atreva, quizás me lance, quizás lo haga, aunque fracase en el intento.
Claro está, todo lo anterior esta sujeto al grado de radical “h” que se encuentre circulando por mi organismo en ese momento.
Qué estúpida yo aquí escribiendo pensando en mis adentros que quizás tu estés leyendo esto.
Pero, por si acaso lo estás haciendo, esta noche estaré en el mismo lugar que estuve la penúltima vez que nos vimos, cuando me pasé la noche entera viéndote fíjamente desde el fondo de aquel lugar.

(being very silly once again blabbering "plumas de burro", laughing on the inside 'cause there's going to be a bunch of people out there confused as hell!)