De preguntas estúpidas y llamadas equivocadas…

Esto surgió por una llamada equivocada muy graciosa que recibí el Sabado y una conversación muy amena a la luz de las nubes…
Todas estas son historias verdaderas... todas me han pasado a mi.

Cuando te encuentras a alguien cuando acabas de llegar a un lugar:
- ¿Ya llegaste?
- No, estoy de camino, estás hablando con mi fantasma.

Cuando te llaman a tu casa:
- ¿Dónde estás?
- En tu casa. ¿Dónde me llamaste?

Cuando te llaman a un teléfono de tierra (léase no a un celular).
- ¿Estás ahí?
- No, estoy allá.

Cuando alguien te ve que levantas el teléfono cuando recibes una llamada:
-¿Ya lo levantaste?
- No, me gusta ponerme el auricular del teléfono en la oreja y hablar por el micrófono.

Cuando estás en el baño:
- ¿Qué haces?
- Nada, me gusta venir a sentarme en el inodoro de vez en cuando a pensar en la inmortalidad del cangrejo.

Cuando estás en un restaurante:
- ¡Oh! ¿Y qué haces aquí?
- Nada, vine a comprarme un libro.

Cuando estás en el cine:
- ¡Oh! ¿Y qué haces aquí?
- Vine a cenar.

Cuando estás en el supermercado, empujando un carrito lleno de cosas:
- ¡Oh! ¿Y qué haces aquí?
- Vine a ver una película.

Cuando estás en una librería:
- ¡Oh! ¿Y qué haces aquí?
- Nada, vine a hacer la compra del súper.

Cuando te encuentras a alguien en el salón, mientras estás sentada, con los cabellos mojados, en la silla de tu peluquera:
-¡Oh! ¿Y qué haces aquí?
- Nada, vine a ver una película.

Cuando vas camino a la puerta de la casa, con la cartera colgada y la llave del carro en la mano:
- ¿Vas a salir?
- No, me gusta cambiarme y pasear por la casa cartera y llave en mano.

Cuando estás comiendo:
- ¿Estás comiendo?
- No, me gusta introducirme comida a la boca por gusto.

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Suena el teléfono:
- Buenas tardes.
- Aló, con Manuel.
- No señor, está equivocado.
-¿Pero Manuel no está ahí entonces?

Suena el teléfono:
- Buenas.
- Entonces como a tu marido le entró churria anoche y te tuviste que ir pretendes desaparecerte del mapa…
- Señorita, ¿con quién desea hablar?
- ¿No es Paola?
- No señorita, está equivocada.
(en este caso lo peor fue yo conocía a la dueña anterior del número y a su marido)

Suena el teléfono:
- Buenas.
- ¿A qué número yo marqué?
- No sabría decirle, pero intente de nuevo.

Suena el teléfono:
- Buenas.
- Con Antonio.
- No señor, está equivocado.
- ¿Está segura?
- Si.
- ¿Entonces Antonio no vive ahí?
- No señor.
- ¿Pero ese no es el teléfono de Antonio?
- No señor. Este es mi número y yo no me llamo Antonio, aparte de que ninguno de los que viven aquí se llama Antonio.
- Pero Antonio me dio ese número y me dijo que era de él…
- Bueno, pues Antonio se equivocó.
- A lo mejor es usted la equivocada. ¿Está segura de que ese no es el número de Antonio?
- Si señor. Pero el día en que un Antonio se mude aquí me aseguraré de decirle que usted le llamó.