No suelo tomar decisiones o actitudes hacia cosas por simple monería. Para expresar mi opinión respecto a algo generalmente trato de saber de lo que estoy hablando, para no comenzar a hablar plumas de burro por el simple hecho de hablar. Si digo que algo no me gusta, pueden estar seguros que por un motivo lo digo. Luego de mucho estudio, por fin he descubierto los motivos reales por los cuales detesto el fenómeno y aberración musical llamado reguetón.
Lo primero es que considero que es una música, si es que se puede llamar así, completamente discriminatoria hacia la mujer. En la mayoría de los videos que se hacen representan a la mujer como un pedazo de carne, algo que está ahí única y exclusivamente para el placer del hombre. Las que salen en los videos siempre tienen puesta ropa que de una forma u otra dejan entrever sus partes privadas, o por lo menos ponen a volar la imaginación del hombre e una forma no muy sana. Así mismo, las mujeres son tratadas de una forma discriminante y vejatoria. Utilizan la figura de la mujer para exacerbar el morbo de los hombres, con movimientos muy sugestivos y a veces hasta nada sugestivos, sino claramente sexuales.
Siento asco cada vez que veo personas bailando reguetón. El perreo ese de verdad lo que parece es que lo están haciendo perros. Lo único que les falta a aquellos que lo bailan es la introducción del miembro, porque después lo hacen todo, sin ningún tipo de vergüenza. Y más asco me da cuando veo a las mujeres disfrutando el baile, como dando su aprobación o permiso para que el hombre la denigre y la pisotee. Y entonces después nos atrevemos a decir que no nos tienen el respeto que nos merecemos….
Hace unos meses me fui de fin de semana a un hotel en Juan Dolio. En la noche, en contra de mi voluntad, fuimos a la discoteca. Éramos muy pocos, unos cuantos turistas, los capitaleños y unos cuantos locales. De pronto, en uno de esos reguetones que obligan a las mujeres a batir las caderas hasta parecer que casi convulsionan (a veces pienso que Anaísa anda suelta por las discotecas), una de las locales que estaba en la pista de baile dobló su torso hasta estar apoyada en pies y manos en el piso. Por atrás se le acerca otro local (que salió de la nada), se le pegó por detrás y comenzó a hacer movimientos sumamente eróticos. A mí casi se me cae la quijada, pero pensé que a lo mejor lo conocía y que quizás por eso era que estaban bailando así. Grande fue mi sorpresa al ver que al rato el local se va a bailar con una gringa y de pronto comenzaron a desfilar un reguero de hombres por los fundillos de la cuadrúpeda (porque la tipa literalmente estaba en cuatro). Espero que algunos de los pantalones de ellos hayan tenido condones integrados.
Desvío la mirada de la tipa porque de verdad ya el espectáculo me estaba dando asco, y me pongo a ver una pareja que está bailando al otro lado de la pista. Estos por lo menos eran pareja, ya que cada cierto tiempo tenían un breve intercambio de saliva. El tipo maniobró a la tipa de todas las formas posibles, desafiando a veces las leyes de gravedad. Hubo un momento en que el tipo levantó a la muchacha y se la enganchó en la cintura (un poco más abajo, en la zona pélvica), la tipa le enrolló las piernas alrededor del cuerpo y así estuvieron bailando por un rato.
Tengo que hacer una aclaración. Yo no soy una mojigata. Tampoco soy como el papá de Baby en Dirty Dancing, pero entiendo que hay cosas que deben hacerse en la intimidad de 4 paredes. No todo debe dejarse ver, hay que guardar sorpresas y hay que dejar paso a la imaginación. ¿Ustedes se imaginan que un tipo de esos se lleve a una tipa de esas a un motel, y cuando vengan al asunto la tipa no sirva ni para hacerle el salto del tigre?
Una cosa es libertad para hacer lo que quieras y otra cosa es el libertinaje.
Alguien muy sabio una vez me dijo “dama en la calle, puta en la cama”. Pretendo seguir su consejo.
Otra cosa es el odio y la violencia. En sus principios, el reguetón siempre era de “te voy a matar” “no te metas conmigo que te voy a picar” “tu mujer te está pegando cuernos conmigo” y cosas por el estilo. Entiendo que esto viene de las raíces raperas del reguetón. No es por nada, pero a mí el rap siempre me ha dado esa impresión. Entre ellos se viven matando, insultándose y haciéndose cosas. Nunca he oído en las noticias que Sheryl Crow y Alannis Morissette se cayeron a tiros o que sometieron a Madonna porque en medio de un pleito en una discoteca sacó una pistola. ¿Entienden lo que quiero decir?
Entonces la letra. La música es un arte. Las canciones deben tener arte. ¿Dónde está el arte en “a ella le gusta la gasolina, dale más gasolina”, “ay papi, acelera, a mi me gusta la cola ‘e motora”, “ay ya no me des más que me duele la p….a” y “déjale caer ‘tó el peso”? ¡Pero por Dios! ¿Qué es esto?
Respeto a aquellos que les gusta el reguetón, como también a aquellos que disfrutan de la música clásica, del merengue, de la salsa, de la bachata, del rock, de la música electrónica, es decir, de todo tipo de música. No obstante, el respetarlos no implica que deba compartir los mismos gustos que ellos, ni que ellos tengan derecho a imponérmelos. Los respeto, pero no tengo la obligación de escuchar su música. Sin embargo, los que la escuchan me la imponen y eso me molesta. Nunca me he topado con una persona en la calle con una musicón en el carro y una sinfonía de Beethoven a todo lo que da. No me parqueo en un lugar a comerme un helado y viene uno y se parquea al lado de mí, abre la puerta del carro y me pone a Madonna a todo lo que da. Ayer fue el colmo. Estaba buscando un paquete en las oficinas de mi courrier cuando entra una pareja de jóvenes. Estamos todos tranquilos, esperando que llegara nuestro turno. Algunas personas conversaban, algunos veían la televisión que está en el counter, otros hablaban por teléfono y otros simplemente esperábamos tranquilos a que nos llamaran. De pronto, la joven tomó su móvil puso una de esas canciones a todo lo que da (el equipo es muy bueno, tiene bocinas muy potentes) y comenzó a cantar a todo pulmón su “canción” y hasta se puso a bailar con el joven que andaba con ella. Todos los que estábamos ahí nos quedamos asombrados de la poca educación que mostraba la joven. Señorita, usted puede escuchar su música si quiere, pero no me puede obligar a mí a escucharla. La salvaje que llevo dentro me instó a pararme, darle par de galletas y coger el móvil y romperlo en 752 pedacitos diferentes, pero la educada que está dentro de mí me contuvo.
¡Ah, cuánto extraño a Abacus! Por eso me encanta ir a Steak House. Por eso ir a Friday’s y a Outback es una delicia. Me gusta imaginarme que, si hubiese estado abierta en esta época, en Neón nunca hubiesen puesto reguetón. Por eso es que últimamente no estoy saliendo mucho a discotecas; cuando estoy en alguna y ponen reguetón es para mi como la señal de que debo marcharme a mi casa.
En la distancia estoy escuchando “chacarrón, macarrón”. Eso tiene que ser Memo, el reguetonero de la familia, que está oyendo eso. Creo que es momento de irme… adios.
Lo primero es que considero que es una música, si es que se puede llamar así, completamente discriminatoria hacia la mujer. En la mayoría de los videos que se hacen representan a la mujer como un pedazo de carne, algo que está ahí única y exclusivamente para el placer del hombre. Las que salen en los videos siempre tienen puesta ropa que de una forma u otra dejan entrever sus partes privadas, o por lo menos ponen a volar la imaginación del hombre e una forma no muy sana. Así mismo, las mujeres son tratadas de una forma discriminante y vejatoria. Utilizan la figura de la mujer para exacerbar el morbo de los hombres, con movimientos muy sugestivos y a veces hasta nada sugestivos, sino claramente sexuales.
Siento asco cada vez que veo personas bailando reguetón. El perreo ese de verdad lo que parece es que lo están haciendo perros. Lo único que les falta a aquellos que lo bailan es la introducción del miembro, porque después lo hacen todo, sin ningún tipo de vergüenza. Y más asco me da cuando veo a las mujeres disfrutando el baile, como dando su aprobación o permiso para que el hombre la denigre y la pisotee. Y entonces después nos atrevemos a decir que no nos tienen el respeto que nos merecemos….
Hace unos meses me fui de fin de semana a un hotel en Juan Dolio. En la noche, en contra de mi voluntad, fuimos a la discoteca. Éramos muy pocos, unos cuantos turistas, los capitaleños y unos cuantos locales. De pronto, en uno de esos reguetones que obligan a las mujeres a batir las caderas hasta parecer que casi convulsionan (a veces pienso que Anaísa anda suelta por las discotecas), una de las locales que estaba en la pista de baile dobló su torso hasta estar apoyada en pies y manos en el piso. Por atrás se le acerca otro local (que salió de la nada), se le pegó por detrás y comenzó a hacer movimientos sumamente eróticos. A mí casi se me cae la quijada, pero pensé que a lo mejor lo conocía y que quizás por eso era que estaban bailando así. Grande fue mi sorpresa al ver que al rato el local se va a bailar con una gringa y de pronto comenzaron a desfilar un reguero de hombres por los fundillos de la cuadrúpeda (porque la tipa literalmente estaba en cuatro). Espero que algunos de los pantalones de ellos hayan tenido condones integrados.
Desvío la mirada de la tipa porque de verdad ya el espectáculo me estaba dando asco, y me pongo a ver una pareja que está bailando al otro lado de la pista. Estos por lo menos eran pareja, ya que cada cierto tiempo tenían un breve intercambio de saliva. El tipo maniobró a la tipa de todas las formas posibles, desafiando a veces las leyes de gravedad. Hubo un momento en que el tipo levantó a la muchacha y se la enganchó en la cintura (un poco más abajo, en la zona pélvica), la tipa le enrolló las piernas alrededor del cuerpo y así estuvieron bailando por un rato.
Tengo que hacer una aclaración. Yo no soy una mojigata. Tampoco soy como el papá de Baby en Dirty Dancing, pero entiendo que hay cosas que deben hacerse en la intimidad de 4 paredes. No todo debe dejarse ver, hay que guardar sorpresas y hay que dejar paso a la imaginación. ¿Ustedes se imaginan que un tipo de esos se lleve a una tipa de esas a un motel, y cuando vengan al asunto la tipa no sirva ni para hacerle el salto del tigre?
Una cosa es libertad para hacer lo que quieras y otra cosa es el libertinaje.
Alguien muy sabio una vez me dijo “dama en la calle, puta en la cama”. Pretendo seguir su consejo.
Otra cosa es el odio y la violencia. En sus principios, el reguetón siempre era de “te voy a matar” “no te metas conmigo que te voy a picar” “tu mujer te está pegando cuernos conmigo” y cosas por el estilo. Entiendo que esto viene de las raíces raperas del reguetón. No es por nada, pero a mí el rap siempre me ha dado esa impresión. Entre ellos se viven matando, insultándose y haciéndose cosas. Nunca he oído en las noticias que Sheryl Crow y Alannis Morissette se cayeron a tiros o que sometieron a Madonna porque en medio de un pleito en una discoteca sacó una pistola. ¿Entienden lo que quiero decir?
Entonces la letra. La música es un arte. Las canciones deben tener arte. ¿Dónde está el arte en “a ella le gusta la gasolina, dale más gasolina”, “ay papi, acelera, a mi me gusta la cola ‘e motora”, “ay ya no me des más que me duele la p….a” y “déjale caer ‘tó el peso”? ¡Pero por Dios! ¿Qué es esto?
Respeto a aquellos que les gusta el reguetón, como también a aquellos que disfrutan de la música clásica, del merengue, de la salsa, de la bachata, del rock, de la música electrónica, es decir, de todo tipo de música. No obstante, el respetarlos no implica que deba compartir los mismos gustos que ellos, ni que ellos tengan derecho a imponérmelos. Los respeto, pero no tengo la obligación de escuchar su música. Sin embargo, los que la escuchan me la imponen y eso me molesta. Nunca me he topado con una persona en la calle con una musicón en el carro y una sinfonía de Beethoven a todo lo que da. No me parqueo en un lugar a comerme un helado y viene uno y se parquea al lado de mí, abre la puerta del carro y me pone a Madonna a todo lo que da. Ayer fue el colmo. Estaba buscando un paquete en las oficinas de mi courrier cuando entra una pareja de jóvenes. Estamos todos tranquilos, esperando que llegara nuestro turno. Algunas personas conversaban, algunos veían la televisión que está en el counter, otros hablaban por teléfono y otros simplemente esperábamos tranquilos a que nos llamaran. De pronto, la joven tomó su móvil puso una de esas canciones a todo lo que da (el equipo es muy bueno, tiene bocinas muy potentes) y comenzó a cantar a todo pulmón su “canción” y hasta se puso a bailar con el joven que andaba con ella. Todos los que estábamos ahí nos quedamos asombrados de la poca educación que mostraba la joven. Señorita, usted puede escuchar su música si quiere, pero no me puede obligar a mí a escucharla. La salvaje que llevo dentro me instó a pararme, darle par de galletas y coger el móvil y romperlo en 752 pedacitos diferentes, pero la educada que está dentro de mí me contuvo.
¡Ah, cuánto extraño a Abacus! Por eso me encanta ir a Steak House. Por eso ir a Friday’s y a Outback es una delicia. Me gusta imaginarme que, si hubiese estado abierta en esta época, en Neón nunca hubiesen puesto reguetón. Por eso es que últimamente no estoy saliendo mucho a discotecas; cuando estoy en alguna y ponen reguetón es para mi como la señal de que debo marcharme a mi casa.
En la distancia estoy escuchando “chacarrón, macarrón”. Eso tiene que ser Memo, el reguetonero de la familia, que está oyendo eso. Creo que es momento de irme… adios.
5 comments:
ABOUT TIME!
I couldn't have said it better myself!
Como he dicho antes y no me jarto de decirlo: una mujer que oye reggaeton no se respeta! ademas que juzgando por el lexico que usan en esos versos tambien creo que puedo decir sin que nadie se moleste de que el reggaeton es para gente bruta y sin educacion.
Si, el reguetón y la porqueria esa de música electronica, que ha servido para lanzar unos cuantos djs sin educación musical.
Y la bachata, cuantos bachateros en realidad saben música? Se pueden contar con los dedos de una mano.
Por eso me siento tan bien cuando pongo mi cd de Dream Theater, mis mp3s de Sarah Brigthman... siento que fueron verdaderos músicos los que la hicieron.
Bravo!!! Muy bien dicho. A mi tampoco me gusta la gasolina.
Genial Bracuta, genial! Ya era hora de que comenzara el backlash ... Este reguetón cansa ... para mi todas esas canciones suenan iguales y las "cantan" el mismo grupito de posers ... Eso jiede a pupu, como diria Outkast!
Hola, realmente encuentro bien que se tocara el tema, ya que es una realidad que parece escaparse de las manos, esto del reguetton se ha convertido como en un vehiculo para poder hacer cosas que de otra manera no pudiesen hacerse de forma publica.
Ahora una pregunta querida Bracuta, Que es eso del "salto del tigre"?
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