When you show me a street-approved vehicle that is capable of doing this and it's not Tuti's F250, then maybe I'll change my mind and give in to getting some other means of transportation.
Poor Scuderia Ferrari t-shirt wearing and Ferrari Italia 458 owner dude.
Big trucks rule!!!!!!
Wednesday, May 25, 2011
And this is why I want Tuti to bring the F250
Monday, May 23, 2011
Wednesday, May 11, 2011
Carta Abierta a Tricom
Señores
Tricom,
S. A
Ciudad
Distinguidos
señores Tricom, S. A.:
Mi
nombre es Enedina A. Pereyra Córdova y soy una usuario muy inconforme con los servicios
que ustedes prestan.
Relación
de hechos.
Preámbulo.
En
el año 1983 el sector donde vivo fue privilegiado en ser el primero en recibir
el servicio de televisión por cable (en aquella época ofrecido por Telecable
Nacional, S. A.). Siempre supimos que dicho privilegio atendía al hecho de que
en nuestro sector vivía uno de los vice-presidentes de la empresa, por lo que,
como dije anteriormente, siempre fuimos privilegiados en el servicio.
A
principios de los años 90 entró en el mercado nacional la empresa
Comunicaciones de Voz, Data y Video (creo que ese era el nombre que tenían en
aquella época). Gracias a ellos se rompió el monopolio que tenía en aquel
entonces la Compañía Dominicana de Teléfonos (CODETEL), ofreciendo a los
Dominicanos una opción de servicios diferente a la que estábamos acostumbrados.
Cabe destacar que yo tuve mis diferencias con CODETEL por problemas de facturación
en mi servicio de telefonía móvil, y visto que en aquel momento los usuarios no
teníamos a nuestra disposición los mecanismos que hoy tenemos gracias a la Ley
de Telecomunicaciones 153-98, mis reclamos ante, hasta ese momento la única
prestadora de servicios de telecomunicaciones en el país, cayeron en oídos
sordos, por lo que al abrir sus puertas Tricom, fui una de las primeras
personas en presentarme en sus oficinas comerciales de la Lope de Vega para
contratar los servicios ofrecidos.
En
aquel momento activé un número de teléfono móvil (número que todavía conservo),
dos (2) localizadores móviles, un servicio de telefonía fija y, posteriormente
cuando fue puesto a la disposición del público, un servicio de Internet de los
denominados “dial-up”. Años después, cuando estuvo disponible, contraté los
servicios de Internet por cable “Tornado”.
Sobre
los localizadores móviles.
Como
fue mencionado más arriba, contraté dos (2) servicios de localización móvil o
“beepers”. Uno lo utilizaba yo y otro mi madre. Nunca tuve queja con el
servicio hasta el día en que mi “beeper”, después de muchos años de uso, se
dañó. Lo llevé al taller para su reparación. Al parecer, como estaban ya en esa
época sacando los “beepers” de circulación, nunca arreglaron mi equipo. Cuando
lo llevé al taller solicité la suspensión (paro de facturación en aquel momento) del servicio hasta tanto me
devolvieran mi equipo. Al nunca hacerlo, no volví a pagar factura alguna. Como
las facturas nunca me llegaban, aún luego de presentar varias reclamaciones al
respecto, no tenía conocimiento de que el servicio continuaba facturándose no
obstante yo haber solicitado su suspensión (que en ese momento equivalía a no
emisión de nuevas facturas). Un día, al visitar sus oficinas comerciales
buscando indagar sobre el estatus de reparación de mi equipo, me enteré que me
habían cancelado el servicio por falta de pago. Reclamé pero no pudimos llegar a
ningún acuerdo. Pagué lo que debía y cancelé el servicio.
Sobre
el servicio de telefonía fija.
En
el año 2000 mi familia tuvo que mudarse a otro sector en la ciudad de Santo
Domingo pues habíamos decidido demoler la casa en que vivíamos y construir allí
una torre de apartamentos. Aunque eran raras las ocasiones en que utilizaba el
servicio, al momento de la mudanza solicité el traslado de la línea al sector
donde viviría. El departamento técnico me informó que en la zona a la cual
había solicitado el traslado de la línea no había facilidades disponibles, por
lo que no podían realizarlo. Nuevamente fui a sus oficinas comerciales y
conversé con un representante de servicio al cliente, explicándole la
situación. Nuevamente me suspendieron el servicio, pues en un plazo de dos (2)
años volvería de nuevo a lo que era mi casa, y era mi intención re-activar la
línea sin perder el número. Le expliqué a la persona que me atendió lo que me
había pasado con los “beepers”, y le pedí que tomara las medidas de lugar para
que no aquello no sucediera de nuevo. También mencioné el problema de la
recepción de las facturas. Cuando llegó el momento de la mudanza y consecuente
re-activación, había vuelto a ocurrir el mismo problema, es decir, me habían
cancelado el servicio por falta de pago. Reclamé nuevamente, y mis reclamos
volvieron a caer en oídos sordos. Pagué lo adeudado, aunque no había utilizado
los servicios, no por razones atadas a mí, sino por problemas técnicos de la
empresa que eran ajenos a mi voluntad.
Sobre
el servicio “dial-up”.
No
obstante la poca velocidad ofrecida en aquel momento, nunca tuve problemas con
el servicio. Cuando la empresa ofreció al mercado el servicio de internet por
cable lo contraté sin pensarlo dos veces. En aquel momento había un especial
por activación: regalaban una “caja Premium” a cada cliente. El técnico que me
instaló el servicio me dijo que se le habían acabado las “cajas” y que volvería
al día siguiente a instalarme la mía. Eso fue en el año 2002, todavía hoy estoy
esperando que llegue.
Aunque
contraté el servicio de internet por cable (llamado en esa época “Tornado”),
nunca cancelé el servicio “dial-up” pues quería tener un “back-up” en caso de
que el nuevo servicio fallara. Para evitar los inconvenientes que ya había
tenido con la facturación, decidí inscribir la tarjeta de crédito en el sistema
para que la facturación fuera automática, y me olvidé del tema. De pronto,
varios meses, quizás años, después, decido conectarme a través del “dial-up” y
no logro conectarme al internet. Llamé al servicio al cliente y me informaron
que, de buenas a primeras y sin avisarme, habían dejado de hacer los cargos
automáticos a la tarjeta de crédito, ya que yo figuraba como accesorio y no
principal. Fui personalmente a la oficina comercial, inscribí otra tarjeta en
la cual figuraba como principal y me olvidé del caso. Mientras tanto, no
obstante las varias reclamaciones, continuaba, años después, sin recibir mis
facturas (ya en franca violación a lo establecido en la Ley 153-98, que obliga
a las prestadoras a enviar las facturas a sus usuarios). Varios meses después
intenté nuevamente conectarme al Internet por el servicio “dial-up” y no lo
conseguí. Llame nuevamente y me dijeron que, aunque habían hecho los cargos
automáticamente por varios meses, el sistema había “borrado” mi tarjeta, y ellos no me habían avisado.
Intenté registrar otra tarjeta, pero me dijeron que como ya tenía varias
cancelaciones por falta de pago, no podía contratar otros servicios.
Nuevamente
pagué lo que debía, y cancelé el servicio.
Sobre
el servicio de telefonía móvil.
Todavía
conservo el primer equipo que activé en la empresa, un Motorola Star Tac,
último en tecnología al momento en que lo compré. Nunca tuve problemas con el
servicio, es más, la señal llegaba a lugares en los que CODETEL nunca tenía
señal. Las llamadas nunca se caían, nunca había “apagones” de red, nunca se
me hizo una facturación que no fuera la correcta. En aquel momento en que se
peleaba la interconexión y las llamadas entre Tricom y Codetel no eran
posibles, yo aposté a ustedes.
Sí, aposté a ustedes.
Hace
alrededor de seis (6) años entré a trabajar con una prestadora de servicios que
era competencia de la empresa, pero nunca cancelé mis servicios con ustedes. Al tener una
asignación de móvil por mi posición, la línea provista por mi empleadora se convirtió en mi
línea de uso principal, quedando la de Tricom relegada a un segundo plano. Sin
embargo, nuevamente repito, nunca cancelé el servicio pues en la empresa en la
que trabajaba sí había “apagones” de red y mi fiel línea de Tricom me salvó de
muchas situaciones en la que debía comunicarme y mi móvil principal no tenía
servicio. Lo que hice fue bajar el plan al mínimo, para conservar la línea,
sobre todo porque por ese número me llamaban, y aún lo hacen, mis padres.
Hace
aproximadamente tres (3) años cambié de trabajo y decidí actualizar el equipo
que tenía asignado al móvil de Tricom. Compré una Palm Treo, no obstante Tricom
no ofrecer para sus líneas móviles servicio de internet (cuando ya las demás
prestadoras de servicio telefónico sí lo hacían) y dicho equipo estaba
preparado para accesar al Internet. El equipo me costó alrededor de
RD$12,000.00 al momento de su compra. Aunque no podía utilizarlo a su máxima
expresión, nunca tuve problemas con el servicio.
El
año pasado la Palm Treo se dañó, lo que imposibilitaba su uso. Fui a la oficina
comercial para comprar un equipo nuevo y asombrosamente me percaté que la
empresa, en casi tres (3) años, no había actualizado su cartera de equipos. Los
que me ofrecían eran los mismos que me habían ofrecido años atrás, con el
agravante de que no sólo no habían variado los precios (la Palm Treo costaba lo
mismo que cuando la compré), sino que se me informó que la empresa no tenía
entre sus planes a corto plazo ofrecer el servicio de internet en su telefonía móvil.
Comparado esto con el servicio que tengo contratado con Orange, mediante el
cual (cuando funciona) puedo navegar libremente por Internet, me vi obligada a
tomar una decisión económica y decidí portar mi servicio de telefonía móvil a
Claro.
Las
motivantes fueron muy claras. Tricom me ofrecía el mismo equipo que tenía, una
Palm Treo que ya estaba “atrasada” tecnológicamente hablando, fuera del
mercado, sin soporte o garantía por parte del fabricante, sin acceso al internet, por RD$12,000.00. Sin embargo, Claro me ofrecía un BlackBerry Torch,
de última generación, con acceso ilimitado al internet y mis correos
electrónicos, por menos de RD$10,000.00. Tristemente, y no obstante mi
juramento hecho años atrás de que nunca volvería a contratar un servicios con
CODETEL, solicité que mi número fuera portado a Claro.
Tomé
los pasos correctos. Fui a Claro a informar de la portabilidad, fui
personalmente a Tricom (aunque me dijeron que sólo debía informarlo por teléfono),
pagué la facturación a la fecha y solicité la portabilidad. Una semana después
la portabilidad no se había realizado. Fui tres (3) veces a la oficina de
servicio al cliente de Claro en Blue Mall, donde había solicitado la activación
del servicio, indagando sobre la tardanza en la portabilidad. Ellos revisaron
su sistema, me dieron seguimiento constante, y me informaban que el problema
estaba en la plataforma de Tricom. Fui personalmente a la oficina comercial de
Tricom, luego de varias llamadas al centro de asistencia telefónica, y me
informaron que la portabilidad había sido realizada, que el problema estaba en
la plataforma de Claro. En ese “relajo” me mantuvieron por tres (3) semanas
hasta que tuve que recurrir a “altas instancias” para solucionar el problema.
Un (1) mes después todavía no se había ejecutado la portabilidad, y mientras
tanto la facturación seguía corriendo y yo no tenía servicio. No podía realizar llamadas, no podía
recibir llamadas, no podía enviar mensajes de texto, no podía recibir mensajes
de texto. Era todo un caos. Gracias a las “altas instancias”, los problemas
anteriormente mencionados fueron resolviéndose poco a poco, pero se me fue
confirmado que efectivamente el error estaba en la plataforma de Tricom y no en
la de Claro, no obstante Tricom “oficialmente” siempre dijo que el problema no
era de ellos.
Hoy
continúo en Claro, con el mismo número que contraté a Tricom cuando ésta abrió
sus puertas. Cuando solicité la portabilidad le expliqué las razones por las
cuales lo hacía a la persona que me atendió, y le prometí que cuando la empresa
actualizara su plataforma y se pusiera a la par con los servicios ofertados por
las otras telefónicas volvería de nuevo con ellos. Luego de la experiencia con
la portabilidad no pretendo volver a Tricom.
Sobre
el servicio de Internet por cable “Tornado”.
Desde
un principio he tenido problemas con el servicio. Los primeros años me
desconectaban de la “central” constantemente. Cada vez que llamaba para
reclamar las personas con quienes hablaba me decían que había consumido mi
ancho de banda y que por ese motivo me desconectaban. Al parecer, en aquel
momento los equipos con los que contaba la compañía no tenían forma de
controlar el ancho de banda utilizado, o quizás tenían una plataforma anticuada, pero entiendo que esa situación no era
mi problema, pues yo había contratado un servicio de internet ilimitado y la
excusa que me daban no era válida.
Al
pasar de los años dejaron de desconectarme, pero el servicio era intermitente,
mediocre y falto de las garantías de continuidad que la empresa debía
proporcionarme. He debido de haber llamado cientos de veces para quejarme, pero
nunca he obtenido una solución definitiva a mis problemas.
Desde
hace alrededor de dos años para acá el servicio se ha degradado en forma alarmante.
Tengo averías constantes, continuas y seguidas. No transcurre un (1) mes sin
que tenga que llamar para reportar una avería. Desde mediados del año pasado a
esta fecha ha sido peor, con un promedio de una (1) avería semanal. A
principios del presente año duré días, para no decir semanas, sin el servicio de internet. "Alguien" me comentó que el problema era el servicio de “Tornado” pues,
en palabras textuales de una fuente, “ese servicio no sirve ni para botarlo a
la basura”. Sin embargo, a finales del 2009 aumenté la velocidad que tenía
contratado y “mágicamente” las averías bajaron de promedio. Era como si me
obligaran a aumentar la velocidad; y ganaron. Pero ese “respiro” en el servicio
duró poco.
Para
muestra un botón, estos son los números de reporte, el nombre de la persona que
me atendió y la fecha en que fue interpuesta la reclamación:
16351522
Reynaldo Hernández
26/agosto/2010
13998330
Manuel Rodríguez
22/dic/201
317882
Indiana Márquez
19/enero/2011
325746
Jenny Perez
22 enero
2011
13846073
Robinson Montero
Nery Paul
26/enero/2011
432220
Carlos
Gómez
28/feb/2011
436778
Jorge
Liberato
01/mar/2011
513967
Juan
Sánchez
31/mar/2011
4/abril/2011
(no
quisieron aceptar el reporte pues todavía estaba abierto el anterior)
Los últimas siete (7) averías no las he reportado. Me cansé de tantos reportes. Me cansé de esperar en "hold" media hora en lo que atienden mi llamada. Me cansé de que hayan cambiado el horario de servicio al cliente telefónico porque, cuando el intenet me falla a las once de la noche, no tengo a quien llamar. Me cansé de que no me "resolvieran". Me cansé de tantas promesas de que "ahora sí le vamos a resolver definitivamente", Me cansé. Las otras, porque hay más, simplemente no las publiqué, pero están en mi expediente. Les demás, se han perdido en el recuerdo.
Lo
sucedido entre enero y marzo de este año fue "apoteósico". Nadie sabía darme los
motivos por los cuales estaba ocurriendo tantas averías, hasta que alguien de
“otras instancias” me informó que estaban haciendo arreglos en la red,
cambiando los equipos en la zona donde vivo, y luego de comentarle lo que me
habían dicho sobre el servicio “Tornado” me lo confirmaron y me dijeron que uno
de los motivos por los cuales estaban haciendo los cambios en la red era
justamente para resolver ese problema. Sin embargo, esta es la fecha en que,
completada la instalación de los nuevos equipos y la migración a la nueva
plataforma, continúan las averías. Los últimos problemas que he tenido se han
resuelto gracias a las “altas", "bajas" y "otras instancias” tanto internas como externas a la empresa, pero otro usuario que no
tenga acceso a esas “instancias” se encuentra completamente desprotegido. Y yo,
como una usuaria cualquiera, no debería tener que recurrir a dichas instancias
para solucionar un problema causado por ustedes.
Nadie debería hacerlo.
Se me
informó que se me había hecho un crédito por los días facturados sin servicio,
pero las últimas facturas que he pagado han sido por los mismos montos de
siempre, así que parece que el crédito se lo hicieron a otra persona y no a mí.
Pero quizás puedo estar equivocada.
Eso no me preocupa. No busco compensación económica. Busco calidad en el servicio.
Ahora la
nueva modalidad no es sólo las averías en el servicio de internet, sino también
las averías en el servicio de telecable. Tanto yo como mi papá, titular de la
cuenta del servicio de cable, hemos reportado varias averías. Indagando con
“bajas instancias” nos han informado que el problema principal se debe a que
los nuevos equipos instalados tienen problemas al momento de fallar el servicio
de energía eléctrica, respuesta muy graciosa ya que vivimos en un país en el
cual la falta del servicio eléctrico es la regla y no la excepción. Cada vez
que falla la energía eléctrica, léase casi todos los días, los “fusibles” de
los equipos se queman conllevando al fallo del servicio del cable y, por
consiguiente en mi caso, al del servicio de internet.
Entiendo
que la mala planificación de las autoridades estatales y del cabildo tiene algo
que ver con esto. El otorgamiento de permisos de construcción se ha manejado a
la ligera; la densidad habitacional ha aumentado. En la zona donde vivo la
construcción de torres se ha disparado en los últimos diez (10) años. Donde
antes sólo habían casas ahora existe una “colonia” de torres. Donde antes
vivíamos cuatro (4) personas ahora viven doce (12) familias. En estos momentos,
en dicha zona son pocas las casas que quedan y hay en construcción más de cinco
(5) torres. Esto contribuye al aumento de consumo de energía eléctrica y a una
mayor carga sobre los transformadores que convierten dicha energía. Todas las
semanas, cuando hay una sobrecarga (que es siempre) y falla el servicio de
energía eléctrica (ya sea por las excusas de la CDEE o de las EDEs) o “explota”
un transformador, los servicios de Tricom también fallan.
Debo
destacar, antes de continuar, que la calidad de la atención a las reclamaciones
también se ha deteriorado notablemente. Tricom siempre dio, no obstante todo,
un excelente servicio de reparación. Cualquier avería que fuera reportada era
resuelta en menos de dos (2) días, a lo sumo. Sin embargo, últimamente duran
varios días, y hasta semanas, en resolver los problemas que ocasionan estas
averías.
Volviendo
a lo anterior, entiendo que Tricom no es culpable de que en este país falle el
servicio de energía eléctrica o que las sobrecargas “disparen” los
transformadores, pero sí es responsable por su mala planificación en el sentido
de que, al momento de instalar los
nuevos equipos, debieron tomar en consideración que lo estaban haciendo en la
República Dominicana, donde “nunca hay luz”, y no el país de fabricación de
dichos equipos. No pueden dar la excusa de que no es su culpa, que es culpa de
“la luz”, que los fusibles se queman. Repito, aquí los “apagones” son la regla y no la excepción y Tricom
no es una compañía nueva o extranjera. Ustedes saben muy bien, por que quien no
lo sabe entonces vive en otro planeta, que el servicio de energía eléctrica
local no es fiable. Ustedes son los responsables, no el Estado, de su mala
planificación.
Y esto
tienen que resolverlo. Ya.
---------------
He
interpuesto dos (2) reclamaciones por ante el Centro de Atención al Usuario del
Indotel al respecto de las fallas de servicio. En el día de ayer interpuse nuevamente una reclamación
sobre el servicio de internet y una sobre el servicio de telecable. Sin
embargo, ustedes juegan con los plazos otorgados. No hago nada interponiendo
una reclamación que ustedes resuelven en el plazo otorgado, cuando al otro día
vuelve la avería, el “contador se pone en 0” y nuevamente empiezan a correr
los plazos. Es un círculo vicioso: yo reclamo, ustedes arreglan y “se limpian”
ante el Indotel, pero al otro día vuelve la avería. Me encargué de decírselo ayer al Indotel.
Mientras
tanto, antes de anoche cerca de las nueve de la noche (9:00 p.m.) “explotó” un transformador
en la esquina de mi casa. Con esa explosión se fueron el servicio de cable y el
del internet. Todavía a las tres de la tarde (3:00 p.m.) de ayer no habían sido
restaurados. Según me informan mis padres los servicios volvieron a media tarde.
Y las facturas siguen corriendo.
-------------
Para
terminar, quiero recordarles lo que establece la legislación vigente en materia
de telecomunicaciones y derechos del consumidor:
Ley General
de las Telecomunicaciones No. 153-98
Principio de continuidad: por el principio
de continuidad, el servicio debe prestarse en el área de concesión sin interrupciones
injustificadas.
Art. 3. Objetivos
de la Ley.
Los
objetivos de interés público y social del presente ordenamiento, a la luz de
los cuáles deberán interpretarse sus disposiciones, son los siguientes:
a)
Reafirmar el principio del Servicio Universal a través de:
2.-La
satisfacción de la demanda de servicios públicos de telecomunicaciones en
condiciones de libre competencia, asegurando la continuidad, generalidad,
igualdad y neutralidad de dichos servicios; y
b)
Promover la prestación de servicios de telecomunicaciones con características
de calidad y precio que contribuyan al desarrollo de las actividades
productivas y de servicios en condiciones de competitividad internacional;
Art. 30.
Obligaciones generales de los concesionarios
b. La
continuidad en la prestación de los servicios públicos a su cargo;
Reglamento para la Solución de Controversias entre los Usuarios y las Prestadoras de los Servicios Públicos de Telecomunicaciones. (Modificado por la Resolución No. 124-05 del 25 de
agosto de 2005).
CAPÍTULO I. DEFINICIONES.
Artículo 1.
Definiciones del Reglamento.
(b) Calidad de Servicio:
Efecto global de las características del servicio, las cuales obedecen a los
estándares establecidos o reconocidos por el INDOTEL y que determinan el grado
de satisfacción del usuario.
(j) Derechos del usuario: Para
fines del presente Reglamento, el usuario tendrá los siguientes derechos, sin
que la siguiente enumeración tenga un carácter limitativo:
1. Derecho a tener acceso a los servicios
públicos de telecomunicaciones, bajo los principios de continuidad, igualdad,
generalidad, neutralidad y
transparencia, establecidos en la Ley General de Telecomunicaciones No.
153-98;
2. Derecho
a recibir el servicio pagado o contratado;
8. Derecho a solicitar y recibir
explicaciones por parte de la prestadora, cuando ocurran interrupciones o
alteraciones en la provisión del servicio;
12. Derecho a la reparación de averías que
afecten la provisión del servicio, libre de cargos, dentro de un plazo
prudente;
17. Derecho a recurrir por ante el INDOTEL,
cuando, luego de reclamar ante la prestadora, la solución dada por la misma a
su reclamación no le resulte satisfactoria o por la no recepción de respuesta
luego de vencido el plazo provisto para ello en el presente reglamento.
Artículo 3. Asuntos susceptibles de reclamación.
3.1 Sin que la presente enumeración tenga
carácter limitativo, constituyen asuntos susceptibles de reclamación y, en
consecuencia, materia del presente Reglamento, aquellos relativos al cumplimiento
efectivo respecto a la provisión del servicio, a una facturación acorde a lo
consumido y en ocasión al contrato de servicio, instalación, activación o
cancelación, traslado, suspensión o corte, retiro, averías y problemas de
calidad en los servicios, falta de entrega o entrega tardía de la factura, si
aplica, en el domicilio del usuario o en su dirección electrónica si el usuario
así lo autorizare y en general, cualquier reclamo o queja basado en el servicio
brindado, excepto reclamaciones de indemnización por daños y perjuicios.
3.2. A los fines del presente artículo se considera
“problema de calidad en el servicio” aquella irregularidad en la prestación de
éste que derive del inadecuado funcionamiento de la red, tales como
comunicación imperceptible, intermitencia, ruido, interferencia en la línea,
señales borrosas y la imposibilidad o dificultad de recepción de la señal y su
contenido, o bien de escuchar o hacerse escuchar, pérdida de audio, entre
otros. Igualmente se considera problema de calidad de los servicios la
inadecuada atención al usuario, la dilación en la corrección de averías y en la
recepción de quejas y, en general, cualesquiera dificultades que impidan que la
prestación del servicio se realice conforme con las condiciones acordadas entre
el usuario y la prestadora y los requisitos del INDOTEL.
Ley General de Protección de los Derechos del Consumidor o Usuario No. 358-05.
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
Art. 1.- Naturaleza, objeto, ámbito y
definiciones.
Las disposiciones de la presente ley tienen por
objeto establecer un régimen de defensa de los derechos del consumidor y
usuario que garantice la equidad y la seguridad jurídica en las relaciones
entre proveedores, consumidores de bienes y usuarios de servicios, sean de
derecho público o privado, nacionales o extranjeros, en armonía con las
disposiciones al efecto contenidas en las leyes sectoriales. En caso de duda,
las disposiciones de la presente ley serán siempre interpretadas de la forma
más favorable para el consumidor.
Art. 2.- Las disposiciones
referentes al derecho del consumidor y usuario son de orden público,
imperativas y de interés social, y tendrán un carácter supletorio frente a las
disposiciones contempladas en las leyes sectoriales.
Constitución
Dominicana.
Artículo 53.- Derechos del consumidor. Toda persona tiene derecho
a disponer de bienes y servicios de calidad, a una información objetiva, veraz
y oportuna sobre el contenido y las características de los productos y
servicios que use o consuma, bajo las previsiones y normas establecidas por la
ley. Las personas que resulten lesionadas o perjudicadas por bienes y servicios
de mala calidad, tienen derecho a ser compensadas o indemnizadas conforme a la
ley.
SECCIÓN III
DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
Artículo 147.- Finalidad de los servicios públicos. Los servicios
públicos están destinados a satisfacer las necesidades de interés colectivo.
Serán declarados por ley. En consecuencia:
1) El Estado garantiza el acceso a
servicios públicos de calidad, directamente o por delegación, mediante
concesión, autorización, asociación en participación, transferencia de la
propiedad accionaria u otra modalidad contractual, de conformidad con esta
Constitución y la ley;
2) Los servicios públicos prestados
por el Estado o por los particulares, en las modalidades legales o
contractuales, deben responder a los principios de universalidad,
accesibilidad, eficiencia, transparencia, responsabilidad, continuidad,
calidad, razonabilidad y equidad tarifaria;
------
No
creo que es mucho lo que pido. Sólo quiero un servicio estable, de calidad,
continuo, eficiente, responsable, accesible… en fin, el servicio por el que pago.
Sé
que tengo el derecho y la opción de cancelar los servicios que tengo contratados con
ustedes, pero esa una opción mía y he decidido no ejercerla. ¿Por qué? Por que
yo aposté a ustedes cuando comenzaron sus operaciones. Porque cuando quieren
hacerlo, ofrecen un servicio de calidad. Por un asunto de principio, ya que no
encuentro justo que después de tanto años de reclamaciones constantes todavía
me falten el respeto y violenten mis derechos constitucionalmente establecidos y
consagrados de la forma que lo están haciendo. Porque hay que ponerle un paro
definitivo a la costumbre de las prestadoras locales de ofrecer malos
servicios y de los consumidores de quedarnos callados y no reclamar cuando
nuestros derechos sean violentados. Porque las otras opciones del mercado
tienen los mismos y hasta peores problemas que ustedes tienen, y en como en
tierra de ciegos el tuerto es rey, para mí ustedes son el tuerto.
Simplemente
porque no quiero. Es mi prerrogativa.
Su
deber es prestar el servicio como lo establece la ley. Su deber es respetar mis
derechos. El mío es reclamarlos y defenderlos. Y eso es lo que estoy haciendo.
Me
apena haber tenido que llegar a esto, a ventilar la situación a ojos de
terceros, pero no encuentro otra opción que me asegure una solución a los
constantes y persistentes problemas que tengo con ustedes.
Quizás
nunca lean esta carta. Total, yo soy otra simple usuaria maltratada del montón.
Es cierto, soy una más, pero esta “más” necesitaba desahogarse, aunque este
desahogo no sea más que clamar en el desierto.
Con
sentimientos de… bueno, atentamente.
Enedina
A. Pereyra Córdova
Abogada
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