¿Es feliz el Dominicano?

Llego a mi casa y no puedo estacionarme porque el carro de un militar me impide la entrada a mi parqueo. Cuando por fin logro estacionarme, de la construcción de al lado me cae pintura en el carro y el "maestro" de la obra me grita que si me molesta que lo demande.

Camino al ascensor pero no puedo tomarlo porque no hay luz y como el gasoil está tan caro se puso horario para prender la planta.

Subo los 8 pisos a pie, pensando en mi espalda. Cuando llego a mi casa, me topo con mis padres sentados, sudando cuales puerquitos en 24, sentados en la galería tratando de mitigar el calor. No hay luz, y aunque hubiese, no prenden el aire sino hasta media noche para bajar un poco la factura, que por cierto llegó hoy por 20 mil pesos.

Prendo la televisión (el inversor aún funciona aunque ya van más de 8 horas de apagón) y veo que el Presidente anda de viaje por SabraDiosdonde con una comitiva de 180 lambones, sus esposas, sus hijos, los hijos de la querida y los primos de estos. Cambio el canal y me topo con un reportaje de desenmascara la corrupción, el nepotismo y la prevaricación que ataca a mi país. Me interrumpe el sonido de las bocinas del tapón de la Churchill, causadas porque un Amet decidió parar a un ciudadano para buscar su "borona" mientras un taxista se "come el semáforo" y un vehículo con placa oficial y los "plásticos puestos" se atraviesa medio a medio a la calle en contravía porque "por ahí es que va".

Lo que gano no me rinde. Cada día que pasa lo poco que logro producir se me va más rápido y mi nivel de vida va disminuyendo a pasos agigantados mientras Tulio Turpén le compra OTRA jeepeta a Yuleidy.

Entonces se atreven a decir que este es el segundo país más feliz del mundo.

Sin muchos miramientos, sin analizar mucho (que si el merengue, que si el domino, que si esto, que si lo otro), usted, hágame el favor y responda esta pregunta:




P.S. No es por nada, pero por favor, si usted no vive aquí, si no coje pique diario con los AMET, los tapones, las facturas de luz, si no sufre la indignación de ver cómo sus impuestos se dedican a comprar relojes para queridas, si no sufre los golpes semanales de la subida del precio de la gasolina, si la factura de su luz no viene refelejada en Pesos Dominicanos... por favor, no vote. No es que no sea Dominicano, lo que pasa es que de lejos las cosas siempre se ven lindas y románticas y relamente el corazón de la auyama sólo lo conoce el cuchillo...