Hoy se celebra un aniversario más de la llegada del Gran Almirante de la Mar Océana Cristóbal Colón a este lado del mundo. Cierto es que fue una chepa que llegara, o más bien un error que terminó siendo positivo (pero si yo me equivoco así en el trabajo de seguro que me cancelan por caja chica). Como todos ustedes saben, el viaje era para tratar de conseguir una ruta alterna para llegar a la India, ya que España estaba en pleito con Portugal y el paso a la India para comprar especies (y su respectivo Opio porque ese asunto de las drogas no es de ahora) estaba un poco difícil. El asunto es que este señor se perdió en el camino (muy buen marinero) y vino a llegar por aquí (porque claro, estamos muy cerca de la India). Dicen las malas lenguas que el señor estaba en ahorro de dólares y gasolina y de vez en cuando apagaban los motores de las tres carabelas para cumplir con el plan de ahorro del gobierno (y para que se acostumbraran a los apagones) y por eso se desvió. También dicen que tuvo que hacer una parada técnica para depositar par de chinos que traían de contrabando. Aparte de esto, también se atrasaban porque las velas de La Pinta y La Niña eran amarillas y las de la Santa María eran verdes, entonces tenían que esperar para ir todas juntas por el asunto ese del tránsito interdiario del transporte público (me dijeron que las carabelas eran guaguas de la OMSA reconstruidas con piezas que sobraron de cuando desmantelaron las de ONATRATE). Además, a cada rato tenían que estar "dándole lo suyo pá la fría" a un reguero de agentes de la AMET que los vivían parando porque andaban sin Revista.
A partir de ese momento comenzó el desastre. Que si la especulación con la prima del dólar, que si el aumento y desaparición de la gasolina… ¡ooops! ¡Perdón! ¡Me equivoqué de época! El asunto es que los Españoles llegaron y se hicieron dueños de este trozo de tierra bordeado de agua. Le robaron todo a los pobres taínos, les cogieron sus mujeres (Enriquillo cogió un pique porque le quitaron la suya y hasta se encaramó en un monte), los hicieron ponerse ropa de la época (con el caloraso que hacía aquí) y aceptar al Señor Jesucristo como su único salvador (lo malo de esto es que fue a la fuerza), los obligaron a comer con cuchillo y tenedor (tan ápero que es comer con las manos), los pusieron a vender aguacates y forros de celulares en la esquina de la 27 con Lincoln, les sacaron pasaportes diplomáticos para que pudieran viajar ilegales a Europa y comenzaron un negocio de alquiler de haitianas para que se pusieran a pedir en las esquinas con tres carajitos al hombro… ¡no no no! ¡De nuevo me equivoqué de época! El asunto es que acabaron con la raza, así que dejémonos de cuento, que todos los que estamos aquí somos imigrantes.
Bueno, me imagino que ustedes se saben la historia, así que no voy a abundar mucho en esto. Hace ya par de semanas que comenté que en mi oficina estábamos celebrando el Día de la Raza por adelantado y que habíamos decidido utilizar los nombres de nuestros antepasados de la época del Descubrimiento. Hoy camino para la oficina (mi lugar de trabajo, no el sitio aquel que queda por San Isidro), me puse a pensar qué hubiese sido de mí si Colón no hubiese descubierto América.
Dream!
No sé ustedes, ¡pero yo estuviese de bonche en Ibiza hablando con la zeta y diciendo “¡hostias!” a cada rato!
A partir de ese momento comenzó el desastre. Que si la especulación con la prima del dólar, que si el aumento y desaparición de la gasolina… ¡ooops! ¡Perdón! ¡Me equivoqué de época! El asunto es que los Españoles llegaron y se hicieron dueños de este trozo de tierra bordeado de agua. Le robaron todo a los pobres taínos, les cogieron sus mujeres (Enriquillo cogió un pique porque le quitaron la suya y hasta se encaramó en un monte), los hicieron ponerse ropa de la época (con el caloraso que hacía aquí) y aceptar al Señor Jesucristo como su único salvador (lo malo de esto es que fue a la fuerza), los obligaron a comer con cuchillo y tenedor (tan ápero que es comer con las manos), los pusieron a vender aguacates y forros de celulares en la esquina de la 27 con Lincoln, les sacaron pasaportes diplomáticos para que pudieran viajar ilegales a Europa y comenzaron un negocio de alquiler de haitianas para que se pusieran a pedir en las esquinas con tres carajitos al hombro… ¡no no no! ¡De nuevo me equivoqué de época! El asunto es que acabaron con la raza, así que dejémonos de cuento, que todos los que estamos aquí somos imigrantes.
Bueno, me imagino que ustedes se saben la historia, así que no voy a abundar mucho en esto. Hace ya par de semanas que comenté que en mi oficina estábamos celebrando el Día de la Raza por adelantado y que habíamos decidido utilizar los nombres de nuestros antepasados de la época del Descubrimiento. Hoy camino para la oficina (mi lugar de trabajo, no el sitio aquel que queda por San Isidro), me puse a pensar qué hubiese sido de mí si Colón no hubiese descubierto América.
Dream!
No sé ustedes, ¡pero yo estuviese de bonche en Ibiza hablando con la zeta y diciendo “¡hostias!” a cada rato!
Para los que estén interesados, pueden bajar el MP3 que habla sobre el Descubrimiento del América del site de Cuál es tu versión.
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