Friday, May 23, 2014

Bullying, profiling y una hija de la gran p...

Hace unos meses estaba entrando al edificio de la Jurisdicción Inmobiliaria en Santo Domingo. Si me siguen por twitter sabrán que la política de la puerta de que los militares de sexo masculino metan sus manos y narices en mi cartera donde tengo mis tampones, toallas sanitarias y vibradores NO ME AGRADA y así lo expreso cada vez que voy, así que se imaginan el ánimo y humor que tengo cada vez que me toca visitar tan distinguido lugar.

Volviendo al tema, eran cerca de las 8:30 am. Habíamos varias personas en fila esperando en lo que los militares rebuscaban en bultos, carteras y demás, aquellas cosas que no son de su pertenencia y que no se les han perdido en los bultos y carteras propiedad de terceros. Habían hombres, mujeres, hombres con maletines grandísimos, mujeres con bultos y carteras inmesas, y yo, con mi cartera y mi bultito donde tengo mis instrumentos de trabajo. De todas las personas en fila, la única que estaba en sobrepeso era yo. Esta aclaración la hago por lo que sigue.

Al llegar mi turno, la "hermosa y educadísima" militar que metió sus manos hediondas en mi carteras busca y rebusca sin encontrar nada. Luego de abrir hasta los bolsillos (porque en un bolsillito voy a tener una bomba atómica), sonríe mostrándome su "hermosísima y cuidada" dentadura y me pregunta en su "claro y refinado" castellano masticado lo siguiente:

E -"¿Tú no tiene comida ahí adentro, aveldá?"

Mi cara, que ya de por sí estaba dura, se puso versión "peñón".

Y - "¿Usted no me está preguntando eso a mí, verdad que no? ¿Por qué no se lo preguntó a las demás personas que andan con carteras y bultos que entraron antes que yo?"

E - "Lo que pasa e que ello no son como tu, tu ve. Pero dime si tu tiene comida ahí."

Setecientos millones de insultos pasaron por mi sucia mente (si piensan que mi boquita es sucia, no quieran ni imaginarse lo que pasa por mi mente).

Y - "Señorita, yo tengo más de 20 años viniendo a este lugar. Conozco las reglas mejor que usted. No me vuelva a hacer esa pregunta. JAMÁS."

Ella se quedó de una pieza. Yo le sonreí, tomé mi bulto y mi cartera, le dí la espalda y continué mi camino. 

Y después me preguntan que por qué odio a la gente.

Las "vainas" que me pasan a mí sólo me pasan a mí.

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