Thursday, May 29, 2014

Bébase su veneno de ratón y deje de joder tanto

Este post es la continuación del post anterior.

Nada, había que afrontar la vida con todo lo que ella traía.

La doctora entendía que como mi trombofilia era adquirida, había muchas posibilidades de que si erradicábamos los factores de riesgo mi organismo podría regenerarse. Lo primero, dejar de beber pastillas anticonceptivas. Me envió inmediatamente a la ginecóloga, quien me dijo que "jamaninunca" podía beberlas de nuevo. ¿Cómo íbamos a regular los niveles hormonales? "¡Rebaja!" fue su respuesta.

0 y ya van 2.

El cigarrillo no era un problema ya. Dejé de fumar el 11/11/11 (escogí la fecha especialmente para nunca olvidarla). Lo dejé "cold turkey." Era la única forma. La tercera tenía que ser la vencida (ya lo había dejado 2 veces anteriormente, una por 5 años y la otra por año y medio). Hoy en día me ayudo con un cigarrillo electrónico (el estrés me está matando, es eso o un Marlboro) y ese ya dentro de poco se va también.

Lo tercero era el alcohol. Ese también se iba.

Lo cuarto, y lo más difícil, bajar de peso. Pero eso es material de otro post.

Y mientras tanto, ¿qué íbamos a hacer? Licuar lo más posible la sangre para tratar de evitar o disminuir las trombosis. Ya estaba bebiendo cardioaspirina y un antigregante plaquetario por la hipertensión, pero no eran suficientes pues mis niveles protrombóticos estaban muy elevados. La doctora me recetó warfarina, un medicamento que es utilizado como veneno de ratón.

Sí, leyeron bien, tenía que beber veneno de ratón.

Esta medicina es sumamente delicada. Tenía que sacarme sangre por lo menos 1 vez a la semana, pues la única forma de regular sus niveles era sabiendo los niveles de protrombina en la sangre (tengo un "cayo" en el brazo inzquierdo de todos los "pinchones", mi pobre vena ha pasado mucho trabajo). ¿Efectos secundarios? Todos. Sangrados, derrames, horribles hematomas (perdí la cuenta de las veces que tuve que ir a emergencia por esto). De la nada comenzaba a sangrar por la cabeza, la cara (a veces conversando con alguien se me quedaban viendo asustados porque la sangre me salía de los poros sin motivo alguno). No podía consumir nada "verde" pues iba en contra de la medicina (léase, nada de vegetales). Cuando fui a Bahía de las Águilas me dió una insolación extrañísima y sangraba como loca por la cara (horrible). Ciertos alimentos adicionales estaban prohibidos.

Mi vida era horrible. El año y medio que duré tomando warfarina fue una pesadilla. Tenía que ir casi todas las semanas a la clínica. Si alguien simplemente me topaba me salía un "morado". Si me daba un golpe tenía que salir "juyendo" para emergencia, igual si me cortaba. 

Un año y medio sin alhocol. Ni una gota. Un día en casa de mi cuñada me comí un pedazo de dulce que tenía "un chin" de alcohol y hasta la presión me subió.

La vida ya no era vida. Era un contínuo pesar. No podía estar en lugares donde hubiese mucha gente pues el más mínimo "toquesito" se convertía en un "morado". Imagínense la lucha que tuve que pasar con personas a las que les gusta hablarte dándote "toquesitos" en el cuerpo.

Un infierno.

Continuará...

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