Monday, March 20, 2006

Me duele todo, menos la espalda

El viernes cuando salí de la oficina tenía toda la intención de irme a acostar un rato para poder tener pilas para el bonche en Caribbean Sun. Fui con Pao a hacer unas compras en Acrópolis. Cuando vine a ver eran casi las 8 de la noche y nada de sueño. Gerardo (un amigo del trabajo) me llamó para pasar a buscar una taquilla y al rato Pao me llamó para que la fuera a buscar (se había quedado dormida y ya su papá había salido de la casa, que era quien la iba a llevar a la mía). La fui a buscar y volvimos a casa. Se puso a ver Miss Congeniality 2 en lo que yo descansaba un rato. Traté de dormir algo, pero no pude; la emoción no me dejaba, así que como a las 12:45 am me tiré de la cama para alistarme.
Hay algo que tienen que comprender de esto: yo estoy enamorada de John Digweed. Digan lo que digan, para mí él es el mejor DJ del mundo. Pocos DJs se pueden dar el lujo de decir que alguien hizo una película que se basaba en unos panas tratando de ir a un bonche de él. La última vez que vino, hace ya casi 2 años, yo estaba mala de la espalda y con todo y todo bajé los 3 millones de escalones para poder verlo en la Guácara. Hasta ese punto llega mi amor por él.
Siguiendo con el relato, Pao duró como 1 hora maquillándose (gracias a Dios que ya estaba cambiada), así que a la 1:45 am pasamos a buscar a Rox, que ya pensaba que la habíamos dejado botada, y arrancamos para la playa.
Luego de estacionarnos (mente previsora, ya yo había comprado el ticket para el parqueo que estaba frente a la puerta), entramos al bonche. Mientras íbamos caminando yo sentía que se me iba poniendo la piel de gallina hasta que lo vi: estaba tocando con Sasha en ese momento. Acabábamos de subir a la zona VIP Plus cuando recibí una llamada de Annina. No oía nada de lo que me estaba diciendo, por lo que me puso un minimensaje diciéndome que bajara a los portapoties de la entrada. Cuando bajé estaba junto con la joven Annush y parece que a ambas les pasé por al lado cuando llegué. Sorry guys, de verdad que no las vi, mis ojos sólo estaban para Digweed esa noche. Después de hablar un ratito, volví a subir a la zona. Un rato más tarde fui con Pao y JM a la zona que está frente a la tarima. De la nada JM comenzó a sacar botellas de Moet Chandon y yo, muy brava, no podía hacerle el fo. De pronto JM se desaparece y Pao me hace señas para que mirara hacia la tarima. Adivinen quién estaba encaramado… ¡don JM! Nos hizo señas y nosotras, ni cortas ni perezosas, fuimos con él (ya mi amiguita Marlo se había unido al grupo).
Señores, ¡que bonche! ¡No hay palabras para describirlo! Nos pasamos la mayor parte del bonche en la tarima, bebiendo Moet Chandon y disfrutando de una exclusiva compañía. Y lo mejor de todo, ¡John Digweed estaba a menos de 10 pasos de mi! Claro está, yo soy una persona muy respetuosa y no me le acerqué ni traté de tomarle fotos (él no quiere que el mundo conozca nuestra relación y se lo respeto). ¡Ay people! Yo generalmente me paso los bonches electrónicos sentada, disfrutando de la música, pero esta vez fue todo lo contrario; ¡no paré de bailar ni 5 minutos! ¡O sea! Que bonche!
Cuando nos hartamos de estar en la tarima, bajamos y nos fuimos de nuevo a la zona VIP Plus. Cuando iba cruzando por el frente de la tarima, ya con unos cuantos VASOS de champagne en la cabeza, oigo una voz que me dice: “oye, ¿tu no eres Bracuta?” Me volteo y veo una cara que no reconozco. “Si”, respondo. “Yo soy el auténtico YOMIMOSOY.” ¡Wow! ¡Que sorpresa! Hablamos unos segundos y después seguí mi camino.
Ya quienes estaban conmigo estaban sintiendo los estragos del champagne, que seguí corriendo, así que subimos a la zona y nos sentamos un rato. De pronto ahí se armó otro bonche. Unos cuantos muchachos se pusieron a bailar con nosotras, o por lo menos con las que estábamos todavía en nuestros cabales. Cuando vinimos a ver, ya el rubio tenía rato que había salido y nosotras como si nada. A las 7 en punto los djs apagaron la música y extrañamente los locales no siguieron tocando, así que recogimos nuestros motetes. Una pareja de canadienses que estaba con nosotros nos invitó a pasear en un yate que habían rentado, pero Rox y yo teníamos un compromiso de glamour a las 9 (léase, el salón), así que declinamos su invitación, recogimos a todas las que andaban con nosotros y arrancamos para la capi.
Duro me dio cuando llegué al salón. Me fascinan los buzzes de champagne, lo malo es el explote después…
Entre salón y diligencias, terminé acostándome a la 1 de la tarde. A las 5 abrí los ojos para ver el fiasco del juego (no voy a decir nada), cuando se acabó volví a cerrar los ojos hasta ayer a las 12 del medio día. Me pasé el día dormitando, echada en la cama, descansando mi cuerpo porque este weekend me toca otra vez bonchesito, pero esta vez en inglés.
Me fascinan los fines de semana así…
Si quieren ver una cuantes fotos del bonche, hagan click aqui.

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