¿Quién me manda?

Ayer fue la reunión de condómines de mi edificio, donde íbamos a elegir cuál compañía iba a administrar el condominio así como también la nueva directiva del 2005.
Hasta ahora el condominio estaba siendo dirigido por administradores nombrados por los mismos condómines, pero como las relaciones humanas son tan complicadas, surgieron ciertos problemas o diferencias entre los que co-habitamos en el edificio, así que tomamos la decisión salomónica de que un tercero fungiera como administrador.
Tengo que admitir que en las últimas reuniones no era exactamente el espíritu de concordia de las mismas (no me gustan las injusticias y me dediqué a informar a todos que ciertas personas se estaban dando a la tarea de difamar a mi familia, que en esos momentos estaba en la administración, hasta llegando a sugerir y decir que nosotros nos creíamos los dueños del edificio y que hacíamos lo que nos daba la gana, hasta el extremo de dudar en qué se estaban gastando los fondos aunque se presentaban facturas y recibos de pago). La envidia es un pájaro malo y desgraciado, hay gente que no puede soportar ver una familia unida, rodeada de amor y paz, y deciden inventarse quinientos disparates sobre uno y hablar a sus espaldas, pero Dios sabe lo que hace y todo se paga en este mundo...
Anyways, para variar ayer la reunión fue muy amena (claro, aquellos que representaban el espíritu de contradicción no estaban), y todos llegamos a un acuerdo.
Yo me puse a estar diciendo que en un principio (aunque no eran mis atribuciones porque no formaba parte de la administración), yo era la que había preparado las Actas de Asambleas. De pronto todo el mundo saltó diciendo que como yo era la abogada del grupo y tenía experiencia en esos menesteres, la persona más indicada para ejercer las funciones de Secretaria era yo....
Obviamente (y muy a mi pesar), tuve que aceptar el cargo...
¿Quién me manda a estar de bocaguá?