Wednesday, February 06, 2008

El exceso en el consumo de la tecnología es perjudicial para la salud.

Uno no se da cuenta hasta que le pasa.
Si tiene mucho leyéndome saben que yo soy medio "technology freak" (aunque todavía no tenga un iPhone).
Siempre y cuando mi bolsillo me lo permita, me gusta estar a la vanguardia...
Ayer estaba haciendo una diligencia y para terminarla tenía que escribir un número en un documento que estaba previamente impreso (no, no estaba haciendo nada ilegal).
El asunto es que venía subiendo en mi vehículo por la Lincoln y de pronto me dije "¿y cómo voy a escribir esto si no tengo máquina de escribir?"
Llamo a mi mamá. En casa habían pero no recuerda dónde están.
Tengo que depositar el documento YA.
Me paro en Plaza Lama a ver si compro una. Cuando le pregunto al dependiente si venden máquinas de escribir eléctricas me mira de lado, se medio sonríe y me dice que no.
Ugh!
Me paro en la oficina. Comienso a llamar a todo el vivo para ver si alguien tiene.
Nada.
Mi hermano me dice que revise en el despacho de papi que ahí había. Entramos los 2 y hay 2 máquinas mecánicas (léase, no eléctricas). Una vino en el primer viaje de Colón:
IMG_5543

La otra vino en el segundo:
IMG_5544

(creo que lo que ven a la derecha es una de las chancletas de Jesús, así que esta máquina es más vieja todavía)

La del primer viaje había decidido tomarse vacaciones temporales (o sea, no funcionaba), la del segundo viaje estaba casi casi retirándose.
Entre mi hermano y yo desenmarañamos las teclas. Estaban medio duras, pero funcionaban. Lo que había tirado la toalla era la cinta; estaba, pero se había roto de un lado.
Yo tenía que entregar el documento así que hicimos trabajo en equipo. Mientras yo escribía con un dedo (no recordaba cómo se ponía el número "1" hasta que recordé que también era la "l" minúscula) mientras mi hermano halaba la cinta de un lado.
Deposité el documento a tiempo.
Como dice mi amiga Kika, el que no se puede tirar se jondea...

8 comments:

Joan Guerrero said...

Vaya. Que "cultural shock" has tenido.

Emilia said...

Bueno... parece que hay cosas, que NUNCA se dejan de usar, después de todo!

Rosanna Carrasco said...

Bueeeeno! Yo aprendí a escribir a máquina con 12 años, en una Olivetti. Hasta dí clases de mecanografía con 15 años jeje. Luego me compraron una máquina cuyo tipo de letra era "corrida" o en cursiva. Después me hice una pro en máquina eléctrica... Cuando llegó la PC para mí fue un cachú!

=D

Anonymous said...

Creo que como maC user uno debe de sacar de abajo porque recuerda el tiempo que duramos aislado de la civilizacion!

Anonymous said...

Pero Bracuta, no te hubiera salido mejor, poder ''scanning' ese documento y despues editarlo en "adobe reader" ?

Unknown said...

Ja ja ja ja. Cómo ha cambiado el cuento. aunque creo que están al revés: la Triumph es menos vieja me parece a mí.

Alexei Tellerias said...

Aquí hay una eléctrica que ha aguantado años y años cogiendo polvo... yo no sé por qué no se la llevan! Igual hay una en casa de mi viejo, arrumbada en la biblioteca (si es que la podemos llamar así), con un diseño "retro" de los años cincuenta.
Por cierto, anótenme en la lista de los que aprendió a escribir a máquina. En mi caso, fue una Olympia de las últimas, que habian comprado en donde hice el bachillerato para las clases de mecanografía.

Bracuta said...

Hubiese podido escanear el documento, pero no tenía escaner cerca.... y mi máquina estaba podrida.
Que conste, yo también aprendí a escribir en máquinas mecánicas. En uno de esos veranos en el colegio cojí un curso de mecanografía en APEC y nso enseñaron con máquinas mecánicas primero y después con eléctricas.
Si, me parece que la Triumph es "menos vieja", pero lo que pasa es que Colón trajo la segunda cuando hizo la mudanza para el Alcázar y esa era la que quedaba arrrumbada en una esquina (la Triumph se la dió la Reina en las Capitulaciones de Santa Fe), por eso fue que vino en el segundo viaje...
:-)