Tuesday, September 06, 2005

Dominicanos en la eternidad!

Esto me le mandó mi pana Julissa temprano esta mañana:
El arcángel Gabriel va a ver al Señor y le dice:
"Tengo que hablar contigo. Hay Dominicanos aquí que están causando muchos problemas...
--A ver, empiézame a contar-- dice el Señor.
--Mira, se subieron en la reja de la entrada y se están meciendo sobre ella como si fuera un columpio; mi trompeta ha desaparecido misteriosamente, aunque a cada rato la oigo sonar en la lejanía con un ritmo pegajoso, pero demasiado alborotado. Además, tienen las túnicas salpicadas de arroz con habichuela y café con leche; han subido a sus perros en las carrozas celestiales y los alimentan con salami; se han quitado las aureolas y andan con gorras de peloteros o sombreros de pajilla. Se han encontrado unos amigos. No quieren barrer las escaleras del cielo y se ponen a bailar con las escobas; el suelo dela cocina está lleno de semillas de china, salpicaduras de frito y cáscara de mango. Y, como si fuera poco, están organizando peleas de gallos en las nubes y andan volando por ahí con una sola ala y diciendo: "¡Me la comí, tigre, si muevo el ala rápidamente vuelo como un colibrí, vaya, soy un caballo!" Ah, y los que puse a cantar en el coro se la pasan gritando "¡Pero con coco...!" y repiten un estribillo raro: "Alegria, eh eh, alegria ", "Me ha subido la bilirrubina."
Tras oír pacientemente al ángel, el Señor contestó: "Los Dominicanos son Dominicanos, Gabriel, y eso no se puede remediar. El cielo es el hogar de todos mis hijos con susdefectos y virtudes. Pero si quieres enterarte de loque son problemas graves, llama al diablo y verás una realidad muy distinta."
Gabriel va hasta el teléfono y llama al diablo.
--"Oigo"-- contesta Satanás.
--"Hola, soy yo Gabriel, es que quería..."
--"Coño, espérate un minuto, mán" -- interrumpe el diablo y tira el teléfono. Al cabo de unos segundos regresa.
--"Bueno, aquí estoy de nuevo, ¿qué puedo hacer por ti?"
--"¿Estás teniendo algún problema con los Dominicanos que recibiste en el infierno?"-- indaga Gabriel.
--"Anda pa mi, espérate un minuto, ahora mismo te contesto, pero tengo que chequear algo" -- dice Satanás y sale corriendo.
--"Perdona la demora, Gabriel. ¿Qué fue lo que me preguntaste?"-- pregunta el diablo cinco minutos después.
--"Que si estás teniendo problemas con los Dominicanos que llegaron al infierno?"-- repite Gabriel.
--"Pero, ¿Cómo e la vaina caballero?"-- grita el diablo exasperado--. "Espera, enseguida estoy contigo." Satanás suelta el teléfono y regresa a los 15 minutos jadeando.
--"Oye Gabriel, perdona, pero no te puedo atender ahora. Imagínate que estos cabrones Dominicanos están apagando el fuego del infierno y al mismo tiempo ya tienen montado de un poste una red de cables tremenda, como si fuera una telaraña y están tratando de instalar un aire acondicionado. La verdad es que esta gente son una vaina. Yo no aguanto este tigueraje."

1 comments:

Anonymous said...

jajaja, somos tan especiales. Muy bueno para comenzar el dia.