Thursday, September 29, 2005

¡QUE NO QUIERO SU FUÑÍA TARJETA CARAJO!

En noviembre del 2003 recibí una llamada de uno de esos centros de mercadeo que se especializan en llamar a todo el vivo para ofrecerle tarjetas de crédito: “Usted ha sido seleccionada como cliente VIP por su buen historial crediticio para recibir una tarjeta de crédito del Citibank. Estas llamadas sólo se hacen para personas exclusivas como usted.”
“No, mire señorita, gracias pero yo no quiero una tarjeta del Citibank
“¿Y usted no sabe si alguien ahí en su oficina quiere una?”
“¡Pero bueno! ¿Y no dizque yo era una persona VIP y que este servicio era exclusivo? ¡Caramaba!”
Días después le comentaba a una amiga sobre esta llamada y sobre la tarjeta del Citibank y ella me recomendó el servicio. Me dijo que lo bueno de la tarjeta era que era de un banco internacional y que por consumo acumulaba millas de American Airlines. Me quedé con eso en la cabeza, pero también ponderé que el Citibank no tenía muchas sucursales en el país, ninguna cerca de mi casa o de mi zona de acción y que tener otra tarjeta de crédito de otro banco implicaría más dinero, otro lugar al que trasladarme para pagar, otra fecha de corte, más gastos, en fin… un lío.
A principios de enero del 2004 vuelven y me llaman. Esta vez el muchacho que me llamó fue muy amable. Estaba de buen humor ese día así que permití que me diera todas las explicaciones sobre la tarjeta. Me puse a pensar que a este pobre muchacho le pagaban por esa llamada, así que traté de hacer su trabajo un poco menos pesado. El muchacho me dio una muela tan fuerte que le dije que sí, que me mandara la tarjeta. Me dijo que la iba a recibir cerca del 20 de enero, pero le dije que para esa fecha iba a estar recién operada y que no iba a poder usar mis brazos y por ende no iba a poder firmar. Me dijo que no había problema, que la enviaría par de semanas después.
El tiempo pasó. Me operaron. Me recuperé. El invierno dio paso a la primavera. Cayeron los aguaceros de mayo. Ejercí mi derecho al voto. Vino verano. Un día recibo una llamada del muchacho preguntándome si había recibido la tarjeta. Estamos hablando de casi 6 meses después. Le dije que me había quedado esperándola. Me pidió mil disculpas, volvió a tomar mis datos y me dijo que el próximo Lunes el mensajero iba a ir a mi oficina con el contrato para que yo lo firmara. Tal y como me lo había dicho, el mensajero fue a mi oficina el Lunes siguiente con el contrato, el cual firmé.
Verano dio paso a otoño. Leonel subió al poder. Después de otoño vino invierno y con él las fiestas navideñas. Aún la famosa tarjeta de crédito no había llegado a mis manos. El año terminó y luego siguió mi cumpleaños. Unos cuántos días después recibo una llamada del Citibank, preguntándome si había recibido mi tarjeta de crédito. Le explico a la joven que 1 año después todavía no la había recibido. Me dice que recibiré otra llamada. Como al mes después me llaman de nuevo para decirme que estoy en proceso de verificación. Un poco molesta le pregunto a la muchacha que por qué tanta tardanza. ¡1 año para esto! Le digo además que yo no solicité la tarjeta, que fueron ellos que me llamaron y que si lo hicieron debieron haberlo pensado antes de llamarme porque ¿cómo ofrecían una tarjeta a una persona sin antes verificarla? Me pidieron mil excusas y me dijeron que el próximo Lunes recibiría mi tarjeta.
Llega febrero y con él otra llamada, para preguntarme si ya había recibido mi tarjeta. Le digo que no y que de verdad ya me estoy molestando. Me piden disculpas y me dicen de nuevo que el Lunes la recibiré. Las Aguilas ganaron el campeonato y todavía nada de la tarjeta.
Esta sucesión de llamadas se mantuvo por varios meses. Cada 2 semanas me llamaban para lo mismo. En julio, cansada de esta situación les digo que ya no quiero la tarjeta, que el favor se los estaba haciendo yo a ellos tomando su tarjeta y que la verdad era que ya me estaba molestando la situación.
Siguieron llamándome, pero di órdenes en la oficina de que cada vez que me llamaran del Citibank no me pasaran la llamada. Insistían. Me llamaban al celular, pero dejé de tomar llamadas de números no disponibles como el de ellos. Se tranquilizaron.
Vuelve el verano. Cambio de trabajo. La semana pasada vuelven y me llaman. Le digo ya muy molesta a la persona que me llamó que no quiero recibir llamadas suyas. Que no quiero la tarjeta de crédito. Que me encuentro inconcebible que tengan casi 2 años en esto, cuando de otros bancos (y mejores) me han entregado mis tarjetas en menos de 24 horas. La muchacha me pide mil disculpas y me dice que el Lunes recibiré mi tarjeta. Le digo que no quiero la tarjeta. Me insiste y yo le insisto. Me molesto más aún y le pido que por favor borren mi nombre y mis datos de su listado de llamadas, porque no quiero volver a oir de ellos….
Acabo de recibir otra llamada del Citibank. Como podrán entender, he tenido demasiada paciencia con ellos y se lo digo a la muchacha. Me pregunta qué ha pasado y vuelvo y le explico. Me pide disculpas y me dice que recibiré mi tarjeta el Lunes. Le digo que no la quiero. Me pregunta por qué. “¿Por qué? Sencillo, porque tengo 2 años esperando la famosa tarjeta, porque cada semana me dicen que me la envían el Lunes. Porque si su servicio ha sido tan deficiente y deplorable hasta este punto, no quiero imaginarme cómo será al momento de que, si pasa un milagro, me envíen la tarjeta. Porque estoy muy descontenta con el banco. Por eso. Porque le dije a la persona que me llamó hace menos de una semana que no quería volver a recibir llamadas del banco y aún así insisten. ¿Quiere más explicaciones?”
La muchacha me dice de nuevo que la disculpe y que me va a enviar la tarjeta el Lunes. “Señorita, disculpe pero usted está desperdiciando mi tiempo, el cual les he dado por casi 2 años, y agotando mi paciencia, que ya ha llegado al límite. Por favor apunte ahí: NO QUIERO LA TARJETA. NO QUIERO VOLVER A RECIBIR LLAMADAS DE USTEDES. ¿ENTENDIÓ? ¡NO QUIERO!”
La muchacha se turbó y me pidió de nuevo disculpas, me dijo que le iba a informar a sus supervisores sobre mi caso, que iban a preparar un reporte y que me llamarían. Antes de yo poder replicar, me tranca el teléfono.
Yo creo que la culpa es mía. Siempre me dijeron que me iban a enviar la tarjeta el Lunes, pero no me dijeron cuál Lunes ni de qué mes o año….

4 comments:

Hipólito Delgado said...

Esos tigueres del citibank son necios al mazo, estoy loco por cancelar la tarjeta esa para que dejen de joderme, es un trote pagar con esas pocas sucursales que tienen...

annush said...

that's so funny...i applied for a citibank card right before i started my sabbatical, i've been here a week and they mailed both of my cards here.

Personally, i think their service is great :)

Anonymous said...

Dite en el palo! Ellos nunca dijeron que año... LOL

[a52] said...

yo cai en la trampa el año pasado,
ahora tengo un lio del gordo el brazo...
esa tarjeta me desquilibro full...