Wednesday, April 06, 2005

El Evangelio de hoy

Evangelio Diario
Jn 3,16-21

“Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en É1 no perezca, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por Él. El que cree en Él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquél que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios".

Reflexión

San Pablo, en su carta a los Romanos, no sale del asombro en cuanto al desmedido amor de Dios, pues dice: “Por un hombre bueno alguien estaría dispuesto a dar su vida, pero Dios probó que nos ama, dando a su Hijo por nosotros que somos malos”. ¿Quién puede entender un amor como éste, un amor que no reclama, sino que se goza en dar, y en dar incluso lo que más ama? Esta es la locura del amor de Dios: amarnos a nosotros, pobres pecadores. Pero si esto es asombroso, lo es más el hecho de que no sólo nos amó y se entregó por nosotros, sino que junto con esto nos regaló el poder ser “hijos de Dios”, nos dio la vida y la Vida en Abundancia. Es triste que haya todavía quien no acepta este regalo y que sigue creyendo en el Dios vengativo y castigador. Jesús, murió y resucitó para que no sigamos viviendo en el temor. Su resurrección nos abrió las puertas a la alegría y al gozo, a la confianza infinita en el amor y el perdón del Padre que nos ha amado, nos ama y no dejará jamás de amarnos. Y lo mejor es que no puede hacer otra cosa que amarnos de manera infinita. Te invito a hacerte consciente del gran amor de Dios en tu vida.

Que la resurrección de Jeuscristo llene tu día de amor y paz.

Como María, todo por Jesús y para Jesús

Pbro. Ernesto María Caro

Cortesía de Evangelización Activa.

Por eso siempre he dicho que mi Dios es un Dios de amor...

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