Living in the wild wild west, or as we now call it, Monte Cristy

Estoy en ánimos de hacer otro post medio conflictivo, así que ahí les va.
El Lunes estaba muy tranquila en mi oficina, preparándome para salir a hacer una diligencia, cuando veo que en el Messenger se conecta Annush. Para aquellos que no se conocen la historia, después de un comienzo medio conflictivo, Annush y yo hemos logrado entablar una amistad de un tiempo para acá, más aún desde que vino al país hace poco más de un mes. Su estadía aquí, tal y como ella lo expresa, tiene 2 motivos: para tomarse unas vacaciones y para apoyar a su madre en sus actividades políticas.
Al ser hija de una madre muy involucrada en política, conozco muy bien por lo que Annush está pasando, sobre todo porque yo también estuve involucrada directamente en estos menesteres, pero en mi caso mi participación fue mucho más activa que la de Annush. Empeorando el caso, ella está acostumbrada a vivir en un país donde la política se maneja de manera organizada (la mayoría de las veces), y donde cosas como las suceden aquí no suceden allá desde la época del Viejo Oeste.
Para nadie es secreto que aquí el pueblo vota con el estómago y que el fraude es la regla y no la excepción. Fui testigo de casos en que personas vendían sus cédulas por RD$100.00, conocí casos de votantes inexistentes, de casos en que los muertos votaron y de lugares dónde había sólo 500 habitantes y aparecían 3 mil votos. Por esto, y por muchas otras cosas más, hay poco que me sorprenda cuando se trata de política.
Resulta ser que la mamá de Annush estaba postulándose para ganar la candidatura a Senadora por la Provincia de Monte Cristy por el partido político al que pertenece. Desde hace un tiempo este señora, a quien tuve el gusto de conocer cuando yo estaba activa en política (aunque probablemente ella no me recuerde), ha estado trabajando sin descanso para tratar de ayudar a su comunidad. A diferencia de otros candidatos, su trabajo no es sólo promesa de campaña; su espíritu de ayuda no es promesa de políticos, es parte de su naturaleza. Este fin de semana, como todo el mundo sabe, eran las elecciones primarias del PRD para elegir quién sería el candidato que estaría participando en la boleta electoral de las próximas elecciones Congresionales y Municipales del 2006. No puedo dar muchos detalles de lo que pasó ya que no estuve presente, pero por lo que Annush me comentó aparentemente las cosas no siguieron el rumbo que deberían haber seguido. Típicos salvajes, porque no hay forma más decente de decirlo, cuando a una parte no le gusta como están saliendo las cosas, decide tomar las riendas de la situación a como de lugar, sin importar los medios ni las formas y sin respetar la moral o las leyes.
Desgraciadamente en este caso ocurrió lo que siempre ocurre: robo de urnas, quema de boletas, delegados con cañones de pistolas en la sien, saltos mortales, hombres por los aires…..
Entre casos y cosas, la pobre Annush tuvo que tomar una escopeta para poder defender su vida. Y ni hablar del resto de su familia.
Cuando ella me comentó lo que había pasado se notaba muy ansiosa. No podía creer que esto hubiese sucedido. Nunca pasó por su cabeza que nuestra gente podía llegar a un grado de barbarie tal. Tristemente, para mí lo que ella me contaba no era nada nuevo. Para ella eso había sido el fin del mundo, para mí era otro día más en la política.
Sé que muchas personas van a decir que esto es típico entre perredeístas, pero la verdad es que no es sólo en ese partido. Es un caso común entre todos, y eso es lo más triste. Peor aún fue mi reacción cuando Annush me estaba contando lo que había pasado, y que yo lo tomara como algo normal. Y no sólo me pasa a mí. Ellos prepararon un comunicado a la prensa, pero nadie lo publicó. No ha sido mencionado nada de esto en los periódicos. Annush está molesta porque para ella esto debió haber sido noticia de primera plana, pero creo que a los periodistas les pasó lo mismo que a mí y se dijeron a si mismos "esto no es nada nuevo, no es una noticia de ultimo minuto, no vale la pena que comentemos sobre esto."
Que pena que nos hayamos vuelto indolentes frente a cosas que no tienen razón de ser. Que pena que casos como estos no llamen la atención de la prensa. Que pena que nos hayamos acostumbrado a lo malo y seamos indolentes frente al fraude y al crimen. Que pena que todavía aquí las cosas se hagan a fuerza de balas y papeletas.
Que pena.
Para saber los detalles de lo que pasó, visiten el blog de Annush.