Pobre de mi jeepioneta... y de mi espalda...

El día que me fui a Miami, cuando iba en la carretera noté que la jeepioneta estaba temblando, La última vez que se me pinchó una goma el gomero me dijo que el aro estaba doblado y que había que meterlo en una máquina para arreglarlo. Esa vez no lo hice porque en el lugar que fui no cogen tarjeta de crédito, el arreglo era de RD$650.00 y yo usualmente no ando con mucho efectivo en la cartera. Además, eran casi las 10 de la noche y como que no estaba en eso de exponerme a que atracaran, así que como no era algo muy urgente lo dejé para después. Por eso pensé que la tembladera era por el aro y simplemente aminoré la velocidad para evitar problemas.
En estos últimos días he estado sintiendo que la jeepioneta me temblaba cada vez más. El Sabado me puse a ver las gomas, porque ya la tembladera como que estaba aumentando sin motivo. Vi que la goma delantera derecha estaba “comida” por dentro, así que pensé que no era problema del aro dañado sino de la goma en sí. El Domingo, con todo y dolor de espalda, fui a PriceSmart a comprar una goma nueva, pero había demasiada gente y el dolor estaba aumentando así que arranqué para mi casa. El Lunes no tuve tiempo de ir de nuevo, así que ayer cuando salí de la oficina pasé de nuevo por PriceSmart, pero cuando llegué no tenían de mis gomas, o mejor dicho, de las gomas de la jeepioneta.
Está de más decir que ayer la tembladera ya estaba insoportable. Sin importar a la velocidad que iba, tenía que forzar a la niña para que anduviera derecha.
Esta mañana me fui de casa más temprano que de costumbre y pasé por el Centro de Servicios de Santo Domingo Motors que está a una esquina de mi casa. Esa cuadra fue una lucha. El guía parecía una batidora.
Como llegué temprano me atendieron de una vez. Cuando fui a averiguar el precio, la goma costaba casi el doble de lo que me hubiese costado en PriceSmart, pero no había de otra así que tuve que comprarla.
Señores, cuando quitaron la goma pude realmente ver qué era lo que pasaba. ¡Estaba toda vuelta un 8! O sea, ¡tenía los alambres afuera y muchísimas montañitas y deformidades! ¡Eso nunca me había pasado!
Cuando el muchacho que me atendió vio las condiciones de la goma, me dijo que le parecía que había sido causado por exceso de aire en las gomas. Cuando le midió la presión, la goma tenía 50lb/psi. ¡Esa es la presión que usan los camiones! ¡La presión normal de una goma como la mía no debe pasar nunca de 35 lbs/psi!
Me puse a hacer cerebro y recordé que el día del aeropuerto hice el chequeo rutinario que siempre hago cuando cojo carretera, es decir, chequeo de nivel de aceite, de líquido de frenos y presión del aire. Ese día, como estaba lloviendo, uno de los “bomberos” de la “bomba” me hizo el favor de echarle aire a las gomas. Como siempre, es al ojo por ciento, PORQUE NINGUNA FUÑIDA BOMBA DE ESTA CIUDAD TIENE LOS MEDIDORES DEL AIRE FUNCIONANDO. El aire siempre está “directo”… eso fue lo que me dañó la goma.
El muchacho del centro de servicios me preguntó si me dolía la espalda, porque al tener tanta presión las gomas, cuando cae en un hoyo (y como en esta ciudad hay taaaaaaaaan pocos hoyos), las gomas están tan duras que el vehículo no amortigua sino que cae en golpe seco.
¿Dolor? ¿Espalda? ¿Yo?
¡POR ESO ES QUE NO ME HE MEJORADO!
Tuve mucha suerte de que las gomas no se me explotaran y que las otras no sufrieran daños.
Tan buena que estaba esa goma. Un dinero perdido que quizás no hubiese tenido que gastarse si las gasolineras invirtieran un chin de dinero en sus instalaciones.
Ahora me costará comprarme un medidor de presión para evitar que esto vuelva a suceder.