Wednesday, February 09, 2005

Hello? You got there to sweat!

Recuerdo que cuando estaba en el colegio una compañera (que por cierto me topé con ella el otro día en Loft, con el mismo peinado de hace 20 años y bailando como su fuera 1985) sufría de bañarse en perfume cuando terminábamos la clase de PE. Ya se podrán imaginar el aroma: sudor con perfume. And when I say sudor I mean SUDOR. El que no suda haciendo ejercicio en pleno sol en una media isla del caribe, no sabe lo que es eso. En esa época en el colegio no había duchas (no sé si ahora las tiene, pero way back then nos cambiábamos en un cuartito chiquito y sin ventilación; no podíamos abrir las ventanas pues los varones siempre estaban al acecho, así que nos conformábamos con un abaniquito viejo), y las aulas estaban “refrescadas” por par de abaniquitos (no, no había aire acondicionado en las aulas en esa época, el único colegio que tenía eso era el Carol Morgan).
Así me topo con gente ahora en el gimnasio. Con su perfumaso y su maquillajaso. People! ¡Uno va al gimnasio a sudar!
Cuando me inscribí en el gimnasio lo hice de manera renuente (bueno, renuente es poco, fui obligada y engañada. Loli me montó en el carro y me llevó engañada una noche. Yo supuestamente la iba a acompañar a averiguar algo y terminé inscribiéndome). El Body tenía la fama de que la gente no iba a hacer ejercicios sino a modelar sus suits de marca y sus carteras de moda (¡hasta en el gimnasio la gente es come m!). Yo personalmente detesto eso. No soy del tipo de gente que siempre está a la moda. Me encanta andar en jeans y t-shirt. El día que me muera quiero que me entierren en jeans, t-shirt y cachucha, porque esa soy yo. Mientras más cómodo y sencillo, mejor para mí. Por eso me da risa cuando veo a las mujeres montarse en el ascensor con su perfumaso, maquillajaso y peinadaso.

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